Un perro de terapia es un perro entrenado para brindar apoyo emocional y terapéutico a personas que lo necesitan. Estos perros suelen trabajar en entornos como hospitales, escuelas, centros de rehabilitación, hogares de ancianos y otros entornos de atención médica y social.
Los perros de terapia son seleccionados por su temperamento amigable, su capacidad para interactuar con personas de todas las edades y su capacidad para mantener la calma en situaciones estresantes. Estos perros son entrenados para realizar una variedad de tareas, como acurrucarse con pacientes, jugar, caminar junto a una persona, sentarse y estar tranquilo en situaciones abrumadoras, entre otras cosas.
Los perros de terapia se utilizan para ayudar a las personas que sufren de una variedad de afecciones médicas y emocionales, como ansiedad, depresión, trastornos del espectro autista, trastornos de estrés postraumático, enfermedades crónicas, discapacidades físicas y enfermedades terminales. La presencia de un perro de terapia puede ayudar a reducir el estrés, aumentar la felicidad y la comodidad, y fomentar una sensación de conexión y bienestar en las personas que lo necesitan.